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martes, 27 de diciembre de 2011

En Democracia

Estoy observando la forma meteórica en que nos asombran las cámaras parlamentarias con su trabajo. Después de un año de inactividad casi vergonzoso, pasamos, con la mayoría oficialista, ganada las elecciones, a unas maratónicas sesiones parlamentarias , dónde, de la noche a la mañana se aprobaron leyes fundamentales para el ejecutivo nacional.

De fundamental importancia resulta la aprobación del Presupuesto con el que el Estado podrá manejarse durante el próximo año, la ley que restringirá o regulará la venta y tenencia de tierras en manos de extranjeros y el nuevo Estatuto del peón rural como así mismo la intervención del RENATRE organismo creado por el Sindicato de trabajadores rurales y estibadores creado y actualmente dirigido por el carismático Gerónimo Venegas.
Así como veo la importancia de leyes que contribuirán con el manejo de la gobernabilidad que se pretende por parte de la administración de Cristina Fernández de Kirchner no veo la razón para crear un nuevo estatuto para los trabajadores rurales, como también creo un grave error la intervención del RENATRE que sólo obedece a cercenar las capacidades operativas y políticas del hombre fuerte del sindicato como se ha demostrado lo es Gerónimo Venegas.
Cabría preguntarse dónde estaba el Estado cuando de la nada y con gran esfuerzo personal de los organizadores se fue construyendo UATRE y se pasó de unos pocos miles de trabajadores en blanco a más de 800.000 en campañas sucesivas realizadas a lo largo y ancho del país, sin poder de policía para actuar contra el trabajo en negro, como sí lo tiene el Estado, Venegas logró en pocos años aquello que se había propuesto cuando comenzó la construcción de su sueño.
Donde están los proyectos que UATRE envió al Congreso Nacional para crear el estatuto del trabajador rural bajando la edad jubilatoria a 55 años y no a 57 como aprobaron entre gallos y medianoche.
Nadie le regaló nada, por el contrario, muchas piedras fueron las que se pusieron en su camino sin embargo supo rodearse de fieles amigos y colaboradores que como él soñaban con un sindicato fuerte con presencia nacional que pudiera solucionar los problemas que aquejaban al sector.
Recuerdo en 1995/6 cuando en mi bicicleta cubría la distancia que me separaba de mi casa en el barrio playa de la localidad de Quequén, debía pasar por las seis esquinas para dirigirme a mi oficina de la redacción de D21 y Tierra Fértil en la ciudad de Necochea, allí podía verse a un grupo de hombres en la vereda de unas instalaciones, que después supe se trataba de la sede de UATRE – Quequén, compartiendo un sándwich y dialogando entre sí, allí conocí a Venegas y me dio su primer entrevista y me contó su proyecto.
Doy fe que nunca se olvidó de sus orígenes y sus raíces, la población de Necochea y la región sabe de ello, UATRE y en particular Gerónimo Venegas esta siempre que se lo necesite, presente en la comunidad con nuevos emprendimientos y proyectos.
Quizás no construyó su andamiaje político con el mismo criterio, la misma visión, eso le ha granjeado algunos problemas; Venegas no es uno de los “Gordos” que hacen del sindicalismo su negocio, aún cuando se relaciona con alguno de ellos, pero nadie puede decir que su logro mayor a sido el blanqueo y bienestar de miles de trabajadores rurales, a quienes siempre se ha dedicado.
Fue durante la gobernación de Duhalde y de Felipe Sola en la secretaría de agricultura y pesca de la Nación que recibió respaldo para actuar en la provincia y estar presente en cuanta feria agrícola y ganadera se realizara con sus servicios médicos, sus ambulancias y Folletería, hablando con la gente, rescatando del olvido, en el que por años habían estado al empleado del campo, y todo esto sin apoyo del Estado Nacional, de esa época viene su lealtad hacia Eduardo Duhalde a quién respaldó en la elecciones de Octubre, cosa que no le perdonan.
Un estado que ahora se queda con el trabajo ya logrado y que ignora el trabajo y los proyectos de los propios trabajadores rurales.
No es justo ni democrático es más una actitud autoritaria de quién no tiene otras herramientas para articular relaciones institucionales, sin perjudicar al sector, donde la política y sus intereses se impone sobre la razón.
Ahora deberá ser la justicia quién decida que criterio o camino adoptar será más justo para los trabajadores, en definitiva los únicos que deberían ser tenidos en cuenta en este tremendo contrasentido.

martes, 6 de diciembre de 2011