En conferencia de prensa, el jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires comunicó a los periodistas presentes la determinación de su conducción política de hacerse cargo de los subterráneos de la Ciudad.
Después de un año polémico, donde la disputa entre el Gobierno Nacional y el gobierno del distrito más importante, en términos numéricos, que le importan al gobierno central, por la gestión y control de los servicios de transportes subterráneos.
Actualmente y desde el origen de la gestión, los servicios de los subterráneos fueron concesionados a la empresa Metrovías.
Empresa que reiteradamente ha sido cuestionada y denunciada por ser la responsable del abandono , la desinversión y lo obsoleto del parque motriz del subte en todas las líneas, en especial la “A” que fueron desde hace mas de diez años denunciado por la conducción sindical.
No obstante asegura la actual conducción gremial los entes reguladores hacen la vista a otro lado y dejan que los accionistas de la empresa continúen , como si nada hubiera pasado, haciendo caso omiso a los reclamos y denuncias.
Reclamo y denuncias que ahora tendremos que pagar los vecinos de la ciudad si queremos tener un servicio.
En ese contexto de la disputa entre los dos gobiernos, el Nacional y el de la ciudad, quedamos los usuarios tratando de entender el ¿Porqué? De tamaño despropósito.
A estas alturas fue indudable que la intransigencia de la presidenta obligó a Macri a resolver por esto sin más, obligándolo a asumir la responsabilidad aún sin presupuesto o las transferencias que le solicitaba al gobierno Nacional.
Creo que Macri terminó por aceptar que no le dejaron otra alternativa para no ocasionar un mayor perjuicio inmediato a los usuarios y el sistema e incurrir en un mayor deterioro del servicio a corto plazo, que en definitiva a la larga, la ciudad deberá afrontar, con o sin presupuesto y costos políticos.
No se muestra como una debilidad del jefe de gobierno sino un acto de sentido común, en este cúmulo de actos sin sentido en la desgastante relación entre el gobierno Nacional y el de la ciudad, en el medio de la cual estamos nosotros, cuestión que ambos grupos en disputa parecieran no darse por enterados.
Por suerte parece haber primado la cordura en esta controversia política donde el más débil, en términos de poder político, debió optar por los usuarios y el servicio, pero advirtiendo sobre ciertas falencias técnicas y presupuestarias que deberán afrontarse.
Macri tendrá que demostrar una mayor eficiencia en la gestión y regulación del servicio concesionado mayormente pensando en no tener recursos genuinos para recomponer el parque ferroviario veremos de donde consigue los recursos que la Nación, con muy mala intención, le ha negado.
Después de las reiteradas denuncias que la empresa sufriera se esperaba una suspensión del la concesión que no llegó, sigue llamando poderosamente la atención la negativa a suspender la concesión o a multar a la empresa concesionaria y ahora será responsabilidad del gobierno de la ciudad y no del gobierno Nacional hacerlo, .... veremos que sucede.
