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sábado, 31 de mayo de 2014

El regreso de Joseph Goodavage

            MAGIA: La Ciencia del Futuro


Cuando el famoso anticipador del porvenir escribió aquel libro, en el hemisferio norte, que llamó: “Magia: La ciencia del futuro”, 1976, cuyos derechos de edición concretó en Argentina editorial Alfa en 1977. Que puede comprarse o solicitarse en las librerías, mucho faltaba para lo que vendría hasta hoy.


Sin embargo, este Periodista, especializado en divulgación científica, ya era muy conocido en Estados Unidos por sus Libros, notas y artículos de fondo en el New York Times y el Chicago Tribune.
El recuerdo y la memoria asociativa, hacen que regresemos a él inexorablemente. “ … Gracias a  Einstein y a De Broglie, hemos reconocido el hecho fantástico de que la energía y la materia son intercambiables, y más aún, son una sola y misma cosa. La radiación tiene las mismas propiedades que las partículas; Las partículas de materia tienen las mismas propiedades que las ondas (de radiación). Esto crea la paradoja que tanto la materia y la radiación (energía) tienen al mismo tiempo, una naturaleza dual y similar…” (Pág. 12).
Es en ese pasaje de una de las páginas iniciales de su libro donde Goodavage plasma el objetivo del libro y de la nueva concepción de la ciencia, ya que sin saberlo … Supongo, nos anticipa en 1976 las bases de lo que sería el “Modelo Holográfico”, que expone el Dr. Robert lanza en su nueva Teoría de “Biocentrismo”.  Lo más revolucionario en materia de ciencias humanas, biología y Física Cuántica, aplicadas.
Es indiscutible el puesto de relevancia que ostenta en la actualidad el autor de la teoría Biocéntrica; Es indudable que su propuesta se sustenta en quienes lo precedieron quienes asombraron al mundo en los setenta y ochenta del siglo pasado con sus propuestas de un universo creado holográficamente por nuestro cerebro.
Todo aquello que nos parecía loco, irreverente, fantástico, irreal, o cualquier calificativo que se nos ocurriera, queda viejo desactualizado.
Deberemos hallar nuevos paradigmas para definir o explicar el universo que se abre a esta nueva percepción del mundo, tal y cual lo conocemos.
Al decir de los entendidos, el “Modelo Holográfico” explicaría en sus más recónditos y oscuros vericuetos epistemológicos, el verdadero sentido de lo inexplicable.
Es la “Teoría que faltaba”.
Los mesurados, a quienes no nos seducen las propuestas extremistas que nos presentan o muestran respuestas o soluciones que solamente pueden darse desde el ámbito científico o academicista, disciplinas que encerrada en compartimentos estancos se aísla del sentir popular.
Creemos y sostenemos la existencia de una ciencia más humana, vivencial, que no nos diga solamente que esto está mal, sino que nos permita discutirlo, hablarlo, discernir sobre aquello que deberemos entender para bien, o para mal.
Fuera de los contenidos del dogma de Fe, todo debería tener una explicación racional y lógica, porqué entonces aquellos que dicen defender los postulados del saber científico, se exasperan cuando introducen en esos “Claustros Sagrados” alguna disciplina que no responden a sus premisas básicas.
Años en contra de la medicina Homeopática, ese esfuerzo no declina con los años, muy a pesar de la defensa y aceptación que los beneficiados con el tratamiento o sus profesionales hacen de ella.
Con el mismo ahínco siguen oponiéndose, a la acupuntura y sus especiales prácticas como la Auriculoterapia.
Muy a pesar de los esfuerzos de la Sociedad Argentina de Acupuntura y los Trabajos de Profesionales de la talla de los Dres.  Sussmann, Carvallo, Escardó, por nombrar algunos a los que conocí y con los que llegue a colaborar en especial el gran Florencio Escardó.
Profesionales que, muy a pesar de su apego al saber científico, del que hacían gala, se permitían mantener su mente abierta y esos canales de comunicación con lo nuevo, innovador, desafiante.
Recuerdo la famosa frase de Escardó que los pinta de cuerpo entero (Me estoy refiriendo a Todos ellos) “… Si me dicen que un sapo, colocado en la pancita de un chico enfermo, lo cura, primeramente le  pongo el sapo, después, ya curado, intentaré estudiar las razones y causas del porqué.”
Cuando apareció en las librerías “Magia ciencia del Futuro” llamó poderosamente mi atención, después de leerlo y releerlo, comprendí lo osado de este pequeño texto, que nos predisponía para vislumbrar un futuro, lejano y distante.
Debemos comprender que estas mentes privilegiadas, abiertas a lo nuevo, fueron anticipadores de un nuevo pensar, lucharon contra la desidia el oscurantismo y la renovación de las ideas y formas de pensamiento, son bien conocidas las acciones en ese sentido que encaró Florencio Escardó siendo decano de Medicina en la UBA.
Desechar lo nuevo porque sus parámetros o fundamentos no se ajustan a aquellas pautas epistemológicas aceptadas, sin permitir exponer sus bases teóricas o negando a priori sus bases o fundamentos.
Parecería que hoy, en el transcurso del primer lustro del siglo XXI, (Siglo que me parece tan distante, tan lejano e inalcanzable como aquellos sueños e imágenes de mi niñez que lo mostraban tan distinto) siglo que de tanto en tanto sigue mostrándonos como continúan disparando sobre la libertad de recibir  información, confundiendo saber y ciencia.
La ciencia, propiamente entendida, es para unos pocos, comprenderla, desmenuzarla, aplicarla y en las generalidades explicarla; el común denominador de la sociedad la utiliza, y vive sus beneficios o peligros, que surgen de su aplicación, que los hay, sin saberlo en forma consciente.
Después de finales del siglo XIX y el primer lustro del siglo XX, en parte por el logro de grandes viajeros y exploradores, en particular después de la II Guerra Mundial debido al avance de las comunicaciones, el mayor ocio y bienestar, logrado por los avances tecnológicos brindo a la población de los países aliados en la gran contienda, la posibilidad de despreocupada del bienestar, el entretenimiento y el saber.
Así comenzó a ganar terreno los conocimientos médicos de oriente introducidos en Francia que provenientes de Oriente, desde sus múltiples disciplinas, comenzaban con producir un sismo, que la vieja escuela no permitiría.
De esta forma esas prácticas y la disputa por su idoneidad y saber, su cientificismo y el de quienes lo practicaban, solía ser puesto en dudas, y aún hoy, lo es.
Estas disciplinas o prácticas desconocidas e incomprendidas en su mayoría, aún hoy, comenzaron a insertase en la cultura Occidental.
También debemos decir que lo reservado de estas prácticas, sus fundamentos empíricos, la carencia de una práctica metodológica, la carencia de una sistematología epistemológica las hacía pasto de los escépticos, inquisidores u opositores de estas nuevas formas de percibir el universo que somos.
Este cierto oscurantismo emanado de la práctica de este saber popular, en ciertas circunstancias filosófico y ritual, netamente social, en los lugares donde surgió.
En los comienzos este misterio o misticismo fue alimentado por los interesados en crear el interés en estas disciplinas y mantenerlas así, “A río revuelto, … ganancia de pescadores” quienes se beneficiaban con este estado de cosas solían oscurecer más todo, para su propio beneficio.
Cuanto más ignora la población sobre algo, más bregará o pagará por obtenerlo.
Lo misterioso, lo oculto, lo extraño, se convirtieron en la búsqueda de una revelación que sólo unos “Pocos iluminados”, con un “Módico estipendio” podían brindar.
La Hipnosis, Acupuntura, Auriculoterápia, Digitopuntura, Thai Chi, Yoga, todas estas prácticas y sus variantes, según las regiones de Asia en la que se practicaran, por ser disciplinas netamente empíricas, se convertían en un saber particular.
Muchas enseñanzas de esas técnicas orientales, orientadas al mejor conocimiento de nuestro cuerpo, su comportamiento y su interrelación con su entorno, permanecieron en ese oscura nebulosa del saber mientras occidente perfeccionaba sus competencias científicas y tecnológicas que le permitieron poco a poco desentrañar estas técnicas y responder seriamente al cúmulo de preguntas, sin respuestas, que había en  referencia a ellas.
De esta manera así se logra desenmascarar a los charlatanes y timadores que se aprovecharan de ese “Secretismo” al que ellos mismos habían contribuido.
Era indiscutible que una revolución del pensamiento lógico estaba convulsionando las mentes occidentales, una revolución de la mano de un pensamiento empírico que, en lo inmediato, contrastaba con las premisas aceptadas, pero no podía ser descartado de plano puesto que sus fundamentos estaban fuertemente apuntalados por la praxis cotidiana de los pueblos.
Se hacía menester profundizar en el estudio de los principios y fundamentos de estas disciplinas y desentrañar, a los ojos de la ciencia occidental sus principios para así comprenderlas y explicarlas antes que “Negar su validez a priori”.
Aquella famosa frase acuñada en los sesenta: “Ya vendrá una hipótesis, una teoría, que nos arroje luz sobre aquellas cosas, que hoy, no podemos explicar con de nuestros conocimientos actuales”.
Fue el preludio de la actual teoría “Biométrica” que hoy abre una nueva mirada sobre el universo que creemos conocer.

Esta es la libertad, tener para analizar, discutir, discrepar, aceptar, proponer, rechazar, todo en el maravilloso mundo de la convivencia armónica y con esta terminar con la Magia de lo desconocido.

jueves, 15 de mayo de 2014

Derecho a saber

Ofensiva contra la libertad

Nuevamente se plantea la dicotomía entre ciencia y saber, que por momentos parece abandonar las mentes inquisidoras, hasta que un hecho, una circunstancia, detonan el “intelecto privilegiado” de los dueños de la verdad Viéndose en la necesidad de salir a defender su posición.

La libertad de informar y recibir esa información es un derecho, evaluar con cordura y objetividad la información recibida es arbitrio de las personas.

Por Ruben A. Spaggiari para FPS/D21 y la Web.

Hace cuatro años se desarrolló un controvertido conflicto en la Universidad Nacional de Córdoba, donde también Mario Bunge, regresó de su lugar de residencia, para refutar la postura de quienes habían aprobado aquel proyecto. Estaba en juego, en forma encubierta, el derecho que tienen las personas de elegir bajo que parámetros deben proseguir sus vidas.
Hoy casi cuatro años después recorremos un camino similar en una facultad de Ingeniería.
Los defensores de la “Ciencia” enarbolan sus conocimientos y sapiencia para demostrar lo fútil de tal propuesta, reñida con la lógica académica, pero no con el saber. Link: http://chn.ge/1iNEWmb
La “Santa Ciencia” no existe; como todo saber humano
es subjetivo, no por sus postulados que, como ocurre en las ciencias duras son “exactos”, sino por la propuestas emergentes de su lógica y conclusiones.
La lógica academicista refuta todo aquello que no le es propio o que atenta contra la estructura ya aceptada, no estoy diciendo nada nuevo o extraño. 
Sabemos que lo nuevo, novedoso, es rechazado, hasta demostrar que no lo es, e ingresa en el canon aceptado, mientras tanto “A la hoguera”.
La historia de la ciencia, desde Giordano Bruno, está plagada de anécdotas horrendas sobre esta forma de imponer, aquello que recibimos.                   
El mejor método científico es la confrontación.
De la confrontación, surge la aprobación o el disenso.
El disenso, lleva a nuevas propuestas y posturas, hipótesis que abonan el camino que consolidan una buena Teoría.
Es más saludable dejar al hombre pensar, asimilar ideas nuevas, confrontar sus dudas, disentir con sus pares, que imponérselas. (Ver nota del jueves 22 de Abril del 2010)

lunes, 5 de mayo de 2014

Así en la tierra como en el cielo.

          Argentina por los Aires

En un homenaje al esfuerzo Argentino por los logros obtenidos en producción tecnológica que ya estamos exportando (Llave en mano) a otros países quiero recordar a un pionero en la cohetería en nuestro país como fue el Doctor en Química, Hugo Ginés De´Paco.

Argentina,  a través de nuestra Fuerza Aérea, la más joven de las tres armas, que componen nuestras fuerzas Armadas; atesora una larga trayectoria en los desafíos que el espacio le presenta.


Tanto en ese espacio territorial próximo, muy extenso, ámbito de sus desvelos y el nuevo desafío del espacio sideral, abierto apenas décadas atrás para mentes inquisidoras, nuestra joven arma aceptó el reto tecnológico y puso a su gente a trabajar.
En ese quehacer no le es extraña una disciplina importada en el momento mismo de plantearse ese reto en el segundo lustro del siglo XX, la  astronáutica y toda la ciencia y tecnología asociada, que de ella se deriva.
En los años 60/70, del siglo pasado, por mi interés con los Objetos Volantes no identificados, (OVNI) me hallaba en constante contacto con la fuerza Aérea Argentina.
Por entonces, (1967/68)  en particular, por la proximidad a mi lugar de residencia, con las autoridades del aeropuerto de la provincia de Neuquén; por aquel entonces estaba radicado con mi familia en Gral. Roca, Río Negro, a esa región correspondía  la responsabilidad de dichas instalaciones estratégicas y aeroportuarias.
Allí  conocí a una persona que estaba dictando unos cursos de Modelismo para niños, adolescentes y jóvenes interesados, “Modelismo Astronáutico”, algo impensado, nuevo y convocante.
El curso, que esta persona estaba impartiendo, escapaba los tradicionales cursos de este tipo; el centro neurálgico de su plática se centraba en los motores de la astronáutica actual y como en modelismo podía simularse la fuerza de empuje requerido para enviar modelos, a escala, al espacio.

Está demás decir, que dicha rama de la astronáutica modelo estaba en los años 60 en su apogeo, varias publicaciones para adolescentes y jóvenes abordaban y recreaban datos, planos de cohetes, toberas de escape fabricadas en cerámica y motores comerciales.




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No se trataba de ninguna tecnología rara, simplemente un propelente (pólvora compactada) en forma de cilindro, cuya dimensión, hacía al empuje que proporcionaba, y a él correspondía un número de motor,  qué determinaba el modelo de cohete podía utilizarse; ¡Una cañita voladora un poco más sofisticada!

(Los misiles balísticos, sin alas ni estabilizadores, tienen una trayectoria predefinida no modificable, después de que el misil gasta su combustible, siguiendo a partir de ese punto una trayectoria balística, no necesitando por diseño ningún sistema inteligente de guiado.)

El 11 de Julio de 2011 bajo la dirección de la fuerza Aérea fue re inaugurado el complejo. CELPA, acrónimo de Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados Chamical.
La revista 2001 pionera en la Argentina en brindar información de vanguardia, tabú o “Clasificada” también había abierto una sección dedicada al modelismo astronáutico o “Cohetería”, la querida revista “Lupín” tenía en cada número unas hojas de cierre de edición dedicado a la cohetería donde aportaba líneas comerciales de modelos como también como construirlos y los motores que podían comprarse y donde.
El enorme interés que el tema había despertado en los más chicos hacia que se abriera un mercado en la industria del modelismo y el entretenimiento que algunos intentaron explotar.
Creciendo el interés por conocer dichas tecnologías que nos llegaba de Estados Unidos, que aquí se traducía en modelos costoso.
Algunas publicaciones comenzaron a mostrar circuitos eléctricos de lanzaderas a distancia para aplicar en los modelos caseros.
Imágenes de cultivos dañados

Incentivando, con todo esto, la industria y el interés por esta nueva disciplina, me incorporé a un proyecto que recién comenzaba de la mano de la Fuerza Aérea al que recientemente se había integrado D´Paco para la región sobre lucha antigranizo en el Alto Valle.
En el “País de las manzanas” del alto valle de Río Negro y en Mendoza se producían grandes pérdidas económicas, que en la región de Cuyo, ascendían al 10% de la producción anual de Vid, al igual pasaba con la producción frutícola del Valle de Río Negro y Neuquén.
Los productores del Alto Valle, región de Chacras dedicadas a la fruticultura, manzanas, duraznos, peras, ciruelas, una industria subsidiaria de establecimientos acopiadores, empacadores, elaboradores de sidra, jugo, melaza y aroma, de manzana cuya producción, en su mayor porcentaje, se exporta a mercados de mayor demanda.
D´Paco, formaba parte de una comisión dedicada a la lucha anti granizo que dentro de la Fuerza Aérea coordinaba el Dr. Núñez, creo que un profesional integrado a la fuerza.
Fue por ese motivo que Hugo Gines D´Paco se había trasladado al Alto Valle, donde lo llegué a tratar y a trabajar en el proyecto: EOLO-Alto Valle.
Por aquel entonces (1969) ya se había aplicado la tecnología de bombardear las nubes, productoras de granizo, con cohetes con una carga de “Yoduro de Plata” que se descargaban en ellas.


Para realizar esta acción se utilizan Cohetes autopropulsados con una carga desechable a determinadas alturas, dependiendo del plafón de las nubes productoras de granizo.
Así, de esta manera, con trabajo genuino, Argentina comenzó su romance con las nuevas tecnologías que desembocarían en el CONDOR I y II como dije.
En el 2011 se reabrieron las puertas de Chamical para ingresar, a nuestra manera, en los nuevos desafíos que presenta las tecnologías asociadas al que hacer espacial.
Bariloche desde el paraguas otorgado por el centro de investigaciones y excelencia que representa el Instituto Balseiro, pionero en investigaciones en Ciencias Exactas y Energía Nuclear, dependiente de la Comisión Nacional De Energía Atómica,  a dado muestras del trabajo de las empresas abocadas a la actividad tecnológica de excelencia.
Ahora, la empresa  INVAP  diseñó, construyó y puso a punto definitivo el Arsat 1, Satélite de comunicaciones, que será lanzado a mediados  de año.