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domingo, 26 de julio de 2015

Quince años, Tampoco

     Mirando el hoy, predecir el mañana

Hace quince años, como escalón al milenio,  escribía la nota, “ El tesoro del fin de siglo” un texto que me sirvió como catapulta para  escribir en varias publicaciones sobre el tema y otros similares como “Energías alternativas, para un país limpio”.
Notas que luego, fueron cedidas reiteradas veces para ser publicadas en ediciones periódicas o esporádicas,  regionales, del país.

Creo, sin temor equivocarme que escribir sobre el porvenir es una cuestión de saber sobre aquello que se aborda, con total seguridad; siempre me cautivó la capacidad humana para permitirse innovar sobre la marcha, autodestruirse a cada paso, asimismo buscar alternativas para superarse y mejorar.
            De hecho cuando se realizó el “Congreso de Aguas Subterráneas” en Mar del Plata, 2001, me incorporé a la prensa acreditada y participé de las deliberaciones y entrevistas con especialistas de un tema preocupante, como lo demostró el  congreso del que participaron especialistas de varios países del mundo.
En su oportunidad pude dialogar y ampliar mis conocimientos con algunos especialistas que reafirmaron algunas posturas  sobre el tema, de nuestro país  Liliana Teruggi; la Dra. Bocanegra o el Dr. Daniel Ronen del servicio hidrológico y Microbilogía de la Universidad Ben Gurión, de Israel.
También pude compartir momentos muy esclarecedores con uno de los mayores especialistas en sistemas costeros de España, que por su interés por nuestra costa y su erosión creciente, llevé a Necochea, para reconocer nuestro litoral.
Es un constante aprendizaje de los temas que me ocupan y preocupan lo que me permite abordarlos con soltura y marcar puntos de inflexión, anticiparme a lo que vendrá, marcando la diferencia; en este contexto no puedo sustraerme al momento crítico del país y mi región.
Hoy en vísperas de elecciones, tengo que reconocer que ninguno de los candidatos, nacionales o locales reflejan la búsqueda de soluciones a los problemas que ya tenemos los argentinos y necochenses: la comunidad de Necochea-Quequén, localidad Atlántica costera distante 136 Km. Aprox. De Mar del Plata.
            Municipio que tiene características propias; de su proximidad con la ciudad de Mar del Plata, adquirió su imposibilidad de proyectarse como polo turístico, siendo siempre, en la mente de sus habitantes, la hermanita menor de la Costa Atlántica, incapaz de superar a su hermana mayor.
En esta línea de pensamiento, reitero las características propias de este enclave balneario que otrora fue reducto de las escapadas vacacionales de las familias de la elite porteña que se refugiaba en sus arenas subes, extensas y amplias.
Era tal la relevancia de las playas Que construyeron su propio hotel famoso por aquellos tiempos de caudillos y poder, el “Hotel Quequén”.
Hoy, como mudos testigos de esas épocas de esplendor, se yerguen entre los duros arbustos, vegetación rala y arisca, de las dunas costeras, al que la inventiva humana arrebatara el actual ejido urbano de la ciudad portuaria, el vetusto pero mantenido “Hotel Quequén”, reconvertido en edificio habitacional.
La colonia de vacaciones, hoy sede  de una delegación regional de la Universidad del Centro y varias construcciones, otrora señoriales, “Castillos de Quequén” majestuosas estampas de esa época de esplendor.
La delegación local de la Prefectura Naval funciona en una construcción de la época.
El Río Quequén y su particular ecosistema, es parte de la geografía y característica de la región; río que termina desaguando en el mar conformando un estuario natural de aguas profundas que dieron origen al puerto homónimo; moneda de cambio para los enjugues políticos entre Provincia, titular de su gestión y de los eventuales administradores que hacen, durante su ejercicio, sus propios negociados a espaldas del municipio.
Complejo portuario de real importancia para la comercialización de los productos agropecuarios de la región y el país; le otorgó esta posición de relevancia agroindustrial pero tampoco fue suficiente para que se pudiera erigir en un polo de desarrollo para el sector.
La inoperancia de las gestiones, los enfrentamientos operativos, las discrepancias políticas, Quizás las desmedidas apetencias de sus gestores, han relegado el crecimiento de la región.
Este desmadre operativo perjudicó al municipio impidiendo que este pudiera adquirir su propia identidad.
Acuífero Guaraní
Vimos la construcción de una planta acopiadora de fertilizantes en su recinto provincial a l que la ciudadanía toda se opuso, ante tal perspectiva debieron dar marcha atrás en su construcción.
            Después la empresa Ponal instaló tanques para almacenar fertilizantes alegando ante el reclamo de los vecinos, hacerlo bajo estrictas normas de seguridad, contra posibles derrames, haciendo que cada TK estuviera dentro de un recinto o piletón antiderrrame.
http://juventudporquequen.blogspot.com.ar/2007/11/ponal-deber-relocalizar-tres-tanques-
Aspectos que la comunidad rechazó cn protestas en el predio pero tanto la empresa como los gestores de estas instalaciones saben que las protestas se agotan y la gente se desalienta y cansa, allí están los TK y quién autorizó su puesta en marcha, más rico.
Con estos antecedentes, y muchos otros que en los últimos años preocuparon a la población, como la calidad del agua potable para la ciudad y el desecho de las aguas negras que como toda la comunidad sabe desagua en el mar en la llamada “Punta Carballido”.
La rotura de un caño que originó un seria alarma en la población que la municipalidad debió acometer a la brevedad.
Asimismo la creciente conocida contaminación del curso del río Quequén, receptor de aguas escurridas en las napas de decantación, de los agroquímicos utilizados por los agricultores aguas arriba.
Contaminación que la comisión tripartita de gestión de la Cuenca, siempre ha negado a pesar de los informes brindado por especialistas de la Universidad de Mar del Plata.
Ante esta perspectiva uno esperaría que alguno de los candidatos a la inminente contienda electoral expresara alguna preocupación sobre estos eventos y manifestara posibles soluciones.
Son los menos y utilizan el tema con aspecto electoralista, sin un programa o proyecto que respalde sus dichos; esta actitud,  al hombre de la calle, al ciudadano común, se le presenta como un argumento para la rapiña, el puerto seguirá siendo un negocio para algunos y los problemas seguirán creciendo.
 Ante lo expuesto reitero lo que dije, no hace falta ser un visionario.

martes, 14 de julio de 2015

Nueve años no es nada

Quizás hoy no nos damos cuenta la enorme importancia que tiene, para nuestra especie, la terminación de un viaje de nueve años a través del espacio de la sonda de investigación “Nuevo Horizonte” para llegar al planeta más lejano de la tierra, Plutón, dentro de nuestro sistema solar.

Nuestras preocupaciones y responsabilidades cotidianas nos alejan y separan de estos acontecimientos incongruentes, para nosotros mortales mediáticos, pero hay entre nosotros unos irresponsables, e insatisfechos soñadores que siempre encuentran un tiempo para mirar las estrellas y divagar.
Esas “Divagaciones” nos permitieron llegar, y hoy la especie humana, poseedora de aquellos atributos que siempre nos han destacado y posicionado como autodestructiva, estúpida, intolerante … pero a la vez apasionada optimista y aventurera está abriendo nuevos caminos para la supervivencia.
Esa “supervivencia” que, por nuestra condición indulgente, omnipotente y obstinada, no hemos sabido asegurar en nuestro mundo.
Ya con más de 7 mil trecientos millones de personas sobre la tierra esta no podrá soportar esa presencia.
Dicen que, los que saben, que ya hace falta una guerra global para eliminar la tres cuarta parte de la población mundial o una pandemia que regule este índice demográfico.
Escuchar o leer a quienes estudian el fenómeno demográfico mundial es pensar en individuos “alarmistas” después recuerdo a nuestros abuelos que decían: (Cuando el río suena, … agua trae.) Y lo pienso.

Unos soñadores, hace nueve años, quisieron adentrarse en los oscuros confines del universo para saber más sobre ese lejano, frío y misterioso cuerpo celeste; este Planetoide, o planeta enano, que fue descubierto en 1930 inicialmente identificado como el noveno Planeta, hoy se sabe que no lo es y fue revalorizado en el 2006 como un Planetoide.
¿Qué importancia tiene para nosotros, los de a píe, el viaje de este artilugio tecnológico? Viaje que simplemente acercará la sonda a 12.500 kilómetros de la superficie de Plutón, distancia suficiente para comenzar a enviar datos de sus “Observaciones”, que ni el telescopio Hubble pudo realizar dada su lejanía.
En lo inmediato, para el hombre de la calle, quizás ninguna pero se espera que lo que aporte el estudio, más detallado, de las fronteras distantes de nuestro universo conocido permitirán aventurar a la especie humana un porvenir, que nos hemos vedado aquí.
Sé que usted está muy ocupado, con pagar el alquiler la educación de sus hijos o el sueldo que no alcanza, pero le pido que piense por un instante, sólo por un instante,  más allá.
Allí donde su imaginación lo lleve, imagine un mundo superpoblado, con sus recursos renovables al borde de la extinción, con un parque automotor que superó todo lo previsto, ya sabiendo que los alimentos no alcanzaran para abastecer esa demanda, cada vez más creciente.
Una demanda que, salvo que ese camino o trayectoria cambie drásticamente, nada se modificará y los males que aquejan al ser humano hoy sólo se multiplicará.
Llegado a este punto de equilibrio, en el cual los agentes involucrados deben tomar una decisión que incline la balanza en su beneficio o de lo contrario será el final; la especie humana deberá optar.
La opción es irreversible, la búsqueda de un sutil paso hacia las estrellas, es imprescindible, yo creo, como hombre de la calle que soy, que desde nuestro lugar, sin dejar de lado nuestras prioridades, más urgentes bregar, con las sencillas herramientas que el sistema no otorga, aunar criterios con esos soñadores y abonar el sueño de sus sueños.

Así nuestra próxima y lejana realidad, quizás, podrá convertirse en realidad.