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sábado, 19 de septiembre de 2015

En memoria de:

                    Florentino Ameghino

 El mayor sabio que dio nuestro suelo, ya que si bien nació en Italia, sus padres lo trajeron consigo a las pampas donde se nutrió y forjó, a la criolla, una circunstancia que los “Académicos” le reprocharían, sólo el reconocimiento internacional,  su tesón y hombría de bien, terminó por vencer el antagonismo entre quienes no le perdonaban su osadía.
Ameghino incorporó al catálogo de nuevas especies Paleontológicas aproximadamente 900 variedades;  contó con la inestimable colaboración de su hermano Carlos, como especialista de campo, quien le remitía a su hermano, laboratorista, investigador y vocero de los trabajos, las muestras para su estudio y catalogación.
Esa dupla, que le aportó a la naciente ciencia territorial un encumbrado podio, ante los estudiosos del mundo, que reconocían y valoraban esta tarea emprendida por Ameghino a quién consultaban y citaban en sus trabajos.
         La vehemencia de Ameghino lo llevó a aventurarse en una disciplina de la cual se sabía poco en estas latitudes,  la datación y catalogación de un espécimen, que aventuro como el “Hombre Fósil del Plata”, influenciado por Darwin y su teoría evolucionista, de la cual nuestro sabio fue un defensor acérrimo, cuestión que desató una enorme polémica, no podía ser ignorada por quienes se suponía, voceros de la verdad en la ciencia de vanguardia.
        El Instituto Smithsonian de Norteamérica designó al Prof. Alex Hrdlicka un antropólogo Checo, radicado en Estados Unidos y autor de la teoría Monogenista-Asiática, que en ese momento se hallaba en la cúspide de su profesión.
        El citado profesional después de una larga estancia en nuestro suelo y de haber estudiado las muestras y las conclusiones de Ameghino, las desestimo aduciendo que las fechas propuestas por nuestro sabio, no concordaban con los especímenes de los cuales se pretendían pronunciar y desestimó rotundamente la posición de Florentino Ameghino.
        Este rechazo a las propuestas de Ameghino no sólo contribuyó al descrédito del incansable hombre que fuera Ameghino sino que retrasó cualquier investigación posterior que algún despistado aventurara en estas latitudes.
       Después como corolario a esta postura surgió Rodolfo Casamiquela con la suya,  extrema o extremista o absolutista de: “Concusiones Definitivas” en los “Cuadernos del Sur” de la Universidad Nacional del Sur que amplió y contribuyó a frenar a cualquier osado que intentara refutar estas posturas.
       Esto se mantuvo así hasta que Gustavo Politis comenzó en el sitio de “Arroyo Seco”, próximo a la localidad de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires y abrió la caja de “Pandora” en la cuestión de una mayor antigüedad de la presencia humana en las llanuras pampeanas.
      Así lo manifiesta el propio Politis en la apertura de la nota en “Ciencia Hoy” Nº 2 Vol, 1, marzo de 1989, Cuando expresa: “… ¿A qué época se remonta la presencia humana en la Argentina? Desde una posición extrema que llegó a sostener el mismo origen de la humanidad en la Pampa, se pasó luego, como contrapartida a creer que el poblamiento de América era un fenómeno relativamente reciente …”
     Mucha agua siguió pasando bajo el puente; tanto como Politis, la ciencias antropológicas y paleontológicas todas siguieron avanzando, como era de esperarse, y aportando datos que contribuyen a pensar en una mayor antigüedad del hombre en estas latitudes aproximándonos cada vez más al “Pensamiento de Ameghino”. que las nuevas generaciones deberían conocer.
 
 
 
 

 

viernes, 4 de septiembre de 2015

(Cosecharás lo que siembras)


La humanidad que construimos

                                                  
El mundo se enfrentó, en el siglo pasado (XX) al dilema de tener que elegir entre: Izquierda o derecha; capitalismo  o socialismo; Comunismo o liberalismo; estas dicotomías, desdibujadas en las sociedades modernas, se hallan vigentes en la sociedad globalizada de este siglo.
  Ni la Gran Guerra, (1914-1918) sería la última, como se pregonaba, solo el prolegómeno de la segunda Guerra Mundial que dejó como saldo un mundo dividido, repartido como un pastel entre los vencedores. (Acuerdo de “Yalta”)
  Ya Alemania había sufrido la imposición del “Tratado de Versalles” en 1919, documento en el cual Franceses, Rusos e Ingleses imponen unilateralmente la degradante condición de la rendición Alemana que no hace más que aquietar las aguas de ese mar embravecido.
  De ese degradado, sometido y humillado pueblo germano se valió Hitler para exacerbar el sentido nacionalista de una sociedad dolida, aletargada e impulsada a la II Guerra.
  Ese período incierto que sobrevino a la segunda guerra y que llamamos “Guerra Fría” continuidad diplomática de un conflicto, sin confrontaciones manifiestas, pero de grandes enfrentamientos estratégicos donde las apariencias y demostraciones de poder tuvieron sus momentos relevantes.
  El desmembramiento del poderío oriental  con la caída del Muro de Berlín y la Perestroika impulsada por Mijaíl S. Gorbachov, Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética de 1985 hasta 1989 y presidente de la Unión Soviética de 1989 a 1991 dio el puntapié inicial para el gran cambio hacia la modernidad.

  Sí  Mijaíl S. Gorbachov, cambió la faceta del mundo al eliminar estas dicotomías y dar paso a la globalización.
  En 1992 cae el Muro de Berlín y la desarticulación  de La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, (U.U.R.R.S.S.)
  También esto contribuyó al desmembramiento del partido comunista como aglutinador político.
  La globalización, convertía a las sociedades mundiales interactuando en todos los aspectos del entramado social económico y político, en una unidad cultural.
 
A esto contribuyó grandemente la impulsión en las comunicaciones que ampliaron la interacción de las sociedades, independientemente de su situación geográfica.
  Hoy el mundo se rasga las vestiduras por el horror de los refugiados que escapando a la hambruna y la violencia en sus respectivos países, buscan la seguridad de la Europa Occidental.
  Una Europa que se halla dividida por un signo monetario unificador, que indudablemente no tuvo el criterio aglutinante que se esperaba; parecería que la Alemania de Ángela Merkel quisiera pasarle facturas del pasado a la Europa aliada y recordarle el tratado de Versalles que debieron aceptar.
  Países, cuyos pobladores, en las primeras décadas del siglo XX, escaparon hacia nuestras tierras. a causa de la guerra se niegan hoy a recibir a los refugiados.
  Inmigrantes que contribuyeron al desarrollo, crecimiento y construcción de Latinoamérica haciendo de Indoamérica un caleidoscopio de culturas que fructificaron en estas latitudes, tierras donde hallaron un hogar y la paz.
  Es que eso no les dejó ninguna enseñanza.